La comunicación es uno de los logros de la humanidad. La innovación de la tecnologia nos ayuda con la velocidad en nuestras comunicaciones, pero también se va perdiendo la comunicación personal, cara a cara. En todos los ámbitos de nuestra vida, una comunicación eficaz favorece el trabajo en equipo, el logro de los objetivos y evita los malentendido. Logramos tener noticias casi a la par de los acontecimientos, internet, correo electrónico, el fax, las teleconferencias, los celulares y las alternativas para chatear. Todos estos medios nos facilitan que nos comuniquemos a una gran velocidad. Observemos el peligro que produce cuando los instrumentos técnicos inciden en nuestro ego, la técnica se torna autosuficiente o se adueña del hombre en lugar de dejarse adueñar por él”. Más si queremos resolver un conflicto de forma constructiva no se puede negar el valor de la comunicación interpersonal eficaz. Comunicarse eficazmente significa ir más allá de decir las palabras correctas e implica el conocimiento de elementos cruciales del propio acto comunicativo.
Cuidemos nuestra comunicación y seamos favorecedores del claro entendimiento en lugar de más tarde, invertir nuestro tiempo y energías en reparar relaciones y proyectos dañados por el mal entendimiento. En alguna medida todos tenemos algún tipo de habilidad para comunicarnos con los otros, por nuestra propia esencia como seres sociales pero su eficacia en el ámbito laboral está en correspondencia con el estatus y el rol que desempeñamos y la importancia que adquiere el trabajo y la colaboración en equipo, de ahí la insistencia en ellas. Si bien ciertas personas desde las etapas tempranas de la vida tienen facilidades para el contacto, fortaleciéndose en la medida que avanzan en edad, es posible que te enfrente al reto de desempeñar un puesto de trabajo o una tarea que implica esta habilidad y vayas adquiriendo distintas estrategias. Cuando lo que se dice es escuchado y comprendido adecuadamente por quienes se comunican para poder ofrecer las respuestas adecuadas. Es casi seguro que cualquiera de nosotros haya experimentado, incluso más de una vez, la sensación que al hablar con otra persona, es como si habláramos lenguajes o idiomas muy diferentes, y también hemos vivenciado el malestar de las consecuencias de malentendidos por no expresarnos claramente o no pedir aclaraciones necesarias, esto ejemplifica la comunicación ineficaz.
En toda comunicación existe un nivel de contenido y un nivel de relación. La naturaleza de una comunicación depende de la forma de puntuar o pautar las secuencias que cada participante establece. En toda comunicación existe un nivel de conducta no verbal, sentida y otra mediante símbolos lingüísticos o escritos. Los intercambios comunicacionales están basados en la igualdad o la diferencia.
La comunicación humana es irreversible, lo dicho, dicho está, por eso insistimos tanto en la importancia de cuidar las formas de comunicarnos. En la comunicación entran en juego las necesidades de más de una persona, con costumbres, valores, creencias, historia personal, formas de razonar y características personales diferentes. Cada ser humano es único e irrepetible se comunica con su código personal. Los mensajes no tienen un significado por si mismos, el significado se lo damos nosotros. El lenguaje es muy rico, es flexible y pone a nuestra disposición una amplia variedad de formas para expresarnos. El propio significado diferente que tienen los mensajes para uno de nosotros, puede conducir a que estemos hablando en lenguajes diferentes si no somos capaces de aclarar la intencionalidad. Mientras más interferencias (a las que les prestamos atención intencionadamente), más se pierde la información del mensaje y más rápido puede olvidarse su claridad.
Las personas se comunican desplegando sus características personales, estilos y necesidades, algunos son pragmáticos, objetivos, directos, decididos y rápidos por lo que le imprimen a su comunicación el sello del dinamismo y la impaciencia; otros son prolijos, cautelosos, sistemáticos, muy pacientes, con gusto por hablar de procedimientos y detalles en un estricto orden lógico. También existen los idealistas, imaginativos, carismáticos, soñadores que hablan constantemente de grandes oportunidades y que requieren de mucho tiempo para la comunicación y no podemos dejar de mencionar a los comunicadores sinceros e impetuosos que en ocasiones con su franqueza ponen un freno al desenvolvimiento del interlocutor.
Diagnóstico. Te sientes así porque no te incluyeron en el plan de estímulos. Esto provoca ira, rechazo, socava la confianza del interlocutor.
Etiquetas y sarcasmo. Se ataca a las personas, se les denigra y esto sin dudas provoca resentimientos y frustración.
La orden. Cuando de manera autoritaria se dice lo que tiene que hacer el otro, se puede estar indicando que no lo consideramos un igual, que sus juicios carecen de solidez y por tanto es incapaz.
La amenaza. Tienes que…o … Este ultimátum para que cambie, recalca el castigo.
Planteamiento. Cualquier persona responsable estuviera de acuerdo con mi punto de vista, y respaldar la opinión o solución propia con autoridad moral o social.
Desvío. Tú dices que tienes preocupaciones. Yo que… Desviar el foco de atención hacia mi cuando vienen a expresarme algo, denota falta de respeto y de ética en las relaciones humanas, es un clásico ejemplo de la dificultad de escucha.
Argumentos lógicos y obviar lo emocional. Según los datos de este informe no tienes ninguna razón para sentir respeto por él. En una situación de estrés puede irritar mucho a la persona pues quiere que pase por algo los sentimientos, los afectos construidos.
Interrupciones. Cortarle el mensaje al emisor. Indica falta de respeto, recordemos que las personas necesitan ser escuchadas aún cuando no estemos de acuerdo u objetemos con lo que dicen.
Irrelevancia. Dar una respuesta que para nada se vincula con lo que dijo el emisor para evadir el tema que trae a tratar.
Estrategias para comunicarnos eficazmente: Escucha de manera activa y reflexivamente. Retroalimentate del mensaje recibido. Aclara la intención del mensaje. Exprésate de forma clara y completa. Usa un lenguaje sencillo. Si tiene quejas, hazlas de manera específicas. Se abierto y creativo. Refuerza las palabras con las acciones.
Saber escuchar es una habilidad muy importante. No es saludable para la comunicación, tratar de exponer de manera inmediata mi punto de vista, en primer lugar tengo que atender lo que el otro me dice, lo que a su vez facilite que luego me escuche a mi. Hay que separar dos elementos que tendemos a unir: saber escuchar y estar de acuerdo, son dos cuestiones totalmente diferentes, a veces antes de que el otro termine de hablar, ya irrumpo con mi opinión por ser totalmente diferente. De ahí que en yoga vital, los yoguis y yoguinis, nos proponemos establecen un proceso de toma de conciencia interior, primero con nosotros mismos, antes de comunicarse con los demás.